BCE: la transición ecológica no tiene por qué ser un desastre económico

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9/7/20233 min read

Transición ecológica: la oportunidad de impulsar la economía

El Banco Central Europeo (BCE) ha presentado los resultados de sus pruebas de estrés relacionadas con el cambio climático, enfatizando que una transición ecológica más rápida tendría beneficios significativos para hogares, empresas y la estabilidad financiera.

Según los resultados revelados el miércoles, se afirma que una transición ecológica acelerada reduciría sustancialmente los impactos macroeconómicos negativos a medio plazo tanto para hogares como para empresas, al mismo tiempo que mitigaría los posibles riesgos financieros. A pesar de que una transición más rápida inicialmente conllevaría inversiones más altas y costos energéticos elevados, a largo plazo se reducirían considerablemente los riesgos financieros, ya que el sector bancario no se vería tan expuesto a la vulnerabilidad de empresas que atraviesen una transición desordenada.

El documento enfatiza que tanto los beneficios como el poder adquisitivo se verían menos afectados negativamente, ya que la inversión temprana en energías renovables se amortizaría antes y, en última instancia, disminuiría los gastos energéticos.

El BCE evaluó a empresas, hogares y bancos en tres escenarios: una "transición acelerada" alineada con los objetivos del Acuerdo de París para 2030, una transición que comienza a cobrar impulso a partir de 2026 pero es lo suficientemente intensa como para cumplir con los objetivos de 2030, y una "transición retrasada" que inicia en 2026 a un ritmo que no permite alcanzar los objetivos de 2030.

En el escenario más optimista, la inversión "verde" de las empresas europeas se elevaría a 2 billones de euros para 2025, en comparación con solo 500.000 millones de euros en los otros dos escenarios. Sin embargo, en el escenario intermedio, la inversión alcanzaría el nivel de la transición acelerada para 2030, llegando a aproximadamente 3 billones de euros en ambos casos.

El BCE advierte que la velocidad requerida para cerrar esta brecha colocaría a las empresas europeas en una posición de mayor riesgo, especialmente en los sectores electrointensivos como la industria, la minería y la energía. Esto se traduciría en un mayor apalancamiento y una reducción de los beneficios, aproximadamente el doble en comparación con las empresas europeas promedio.

El BCE subraya que si las empresas enfrentan riesgos, los bancos que las financian también los enfrentarían. Por lo tanto, las entidades bancarias estarían expuestas a un mayor riesgo de crédito si la transición debe apresurarse en una etapa tardía y se requieren inversiones rápidas a costos más altos.

En caso de que no se acelere la transición para cumplir con los objetivos de 2030, los costos y riesgos a largo plazo serían aún mayores. Aunque esto conllevaría menos inversiones en general, el incumplimiento de los objetivos de reducción de emisiones aumentaría considerablemente el impacto del riesgo físico en la economía y el sistema financiero.

El vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, enfatizó la necesidad de políticas más decisivas para lograr una transición más rápida hacia una economía de cero emisiones netas en línea con los objetivos del Acuerdo de París. Declaró que avanzar al ritmo actual aumentaría los riesgos y costos para la economía y el sistema financiero y resumió que "hay una clara necesidad de acelerar el camino hacia París".

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