Japón enfrenta protestas por verter agua radiactiva tratada de Fukushima al Pacífico
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Japón comienza a verter agua radiactiva de Fukushima al Pacífico, en una decisión controvertida
Japón Inicia el Vertido de Agua Tratada de Fukushima en el Pacífico: Persisten las Protestas y la Preocupación Internacional
En una acción que ha generado controversia y desencadenado protestas tanto dentro como fuera del país, Japón ha dado inicio al proceso de verter agua contaminada procedente de la dañada planta nuclear de Fukushima en el Océano Pacífico. El agua ha sido sometida a un tratamiento para eliminar la mayor parte de los residuos radiactivos, un procedimiento que se espera se extienda durante varias décadas.
La empresa responsable de la central, Tokyo Electric Power (TEPCO), anunció que el proceso de vertido comenzó después de llevar a cabo las últimas comprobaciones en las bombas de agua y abrir algunas válvulas manualmente. Junichi Matsumoto, encargado de la iniciativa, aseguró que cada paso se está llevando a cabo con rigurosidad y bajo la supervisión del gobierno. Además, destacó que el proceso sería interrumpido si se detectara alguna anomalía.
TEPCO tomó la decisión de proceder con el vertido luego de asegurarse de que la concentración de residuos radioactivos se encontraba dentro de los límites establecidos. Esta medida se realizó en un contexto de alerta tras el lanzamiento de un supuesto vehículo espacial por parte de Corea del Norte, que activó temporalmente la alerta antimisiles en el sur del archipiélago nipón.
Sin embargo, esta acción ha sido fuertemente cuestionada por diversos sectores. La federación nacional de cooperativas pesqueras ha expresado un rechazo firme al plan, argumentando que este impedirá que los pescadores de Fukushima puedan superar el estigma de la radiactividad en sus capturas desde 2011.
Voces tanto dentro como fuera de Japón han levantado su desaprobación al vertido. Parte de la comunidad científica internacional, organizaciones ecologistas como Greenpeace y países vecinos como China y Corea del Sur han expresado sus preocupaciones. Varias plataformas ciudadanas ecologistas y antinucleares convocaron manifestaciones en Japón y en Seúl, que se suman a protestas previas.
Incluso el sindicato de pescadores filipinos Pamalakaya ha expresado inquietud por los riesgos que el agua contaminada podría generar en la salud y el sustento de los ciudadanos filipinos. Aunque la distancia entre Fukushima y las aguas territoriales filipinas es considerable, el sindicato ha señalado que la "Meseta Benham", una zona marítima rica en recursos al este de la isla de Luzón, podría estar expuesta.
El agua contaminada ha sido tratada mediante el sistema ALPS, que elimina 62 tipos de materiales radiactivos, a excepción del tritio y el carbono-14. Las autoridades niponas y el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) supervisarán el proceso de vertido para asegurarse de que cumple con los estándares de seguridad. TEPCO afirmó que la concentración de tritio está "muy por debajo" del estándar nacional, y que se ha diluido como se esperaba.
Se espera que la primera descarga dure 17 días, durante los cuales se verterán unas 7.800 toneladas de agua. Sin embargo, debido a que la generación de agua contaminada no se puede detener completamente durante el proceso de desmantelamiento de la central, se anticipa que el vertido continuará durante aproximadamente 30 años. TEPCO también realizará un monitoreo constante de la zona y de las condiciones del agua para asegurar la transparencia en el proceso.

