Massa, el destructor de la economía argentina

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10/28/20233 min read

¿Massa, el nuevo villano de la economía argentina?


El candidato del kirchnerismo optó por una estrategia de gasto público sin precedentes en la historia democrática, arriesgando la estabilidad del país en busca de una ventaja competitiva en las elecciones. La Provincia de Buenos Aires recibió una cantidad de fondos que superó en conjunto a todas las demás provincias.

La campaña electoral del kirchnerismo se convirtió en la más costosa que ha experimentado la sociedad. El candidato Sergio Massa, disfrazado como ministro de Economía, aprovechó los recursos públicos y el control discrecional del Gobierno para promover el derroche de dinero y favorecer su campaña electoral.

A partir de agosto, se pusieron en marcha una serie de medidas que llegaron a sumar más de 5 billones de pesos, equivalentes a casi el 2% del PBI. La Provincia de Buenos Aires recibió una suma asombrosa de 40.000 millones de pesos, superando con creces a cualquier otra provincia en términos de transferencias.

El programa incluyó bonos temporales para jubilados, bonos para empleados públicos, aumento en las transferencias de planes sociales (Potenciar Trabajo y Alimentar), créditos asequibles para jubilados, congelamiento de tarifas de servicios públicos, combustibles y tipo de cambio oficial, eliminación del impuesto a las Ganancias, devolución del IVA para ciertos productos básicos, distribución de bicicletas y electrodomésticos, bonos para el sector informal por un valor de 180.000 millones de pesos y extensión del previaje, entre muchas otras medidas.

Todas estas acciones desequilibraron gravemente las finanzas del Gobierno nacional. El déficit primario en septiembre aumentó en más del 758% en comparación con el mismo mes del año anterior, registrando un crecimiento real del 260%. Además, el déficit financiero total aumentó un 378% en los últimos 12 meses, en gran parte debido al derroche de septiembre.

El déficit primario del Sector Público Nacional alcanzó el 2,6% del PBI en septiembre y amenaza con incumplir las metas acordadas con el Fondo Monetario Internacional. Por otro lado, el déficit financiero del Gobierno nacional, que incluye los intereses de la deuda pública, llegó al 4,7% del PBI, y los pagos de intereses en el Banco Central aumentaron aún más el déficit en 6 puntos adicionales.

El programa de derroche se financió únicamente con asistencia monetaria directa del Banco Central, lo que provocó una devaluación del peso en todos los mercados de divisas y un aumento significativo de la inflación.

La estabilidad macroeconómica y el federalismo fiscal no fueron prioridades para Massa. En lugar de utilizar las transferencias para cumplir con compromisos pendientes con las provincias, como las cajas previsionales de Córdoba y Santa Fe, los recursos se destinaron exclusivamente a financiar medidas asistencialistas que finalizarán en noviembre.

Los beneficiarios perderán todos los beneficios que obtuvieron desde agosto y se enfrentarán a una fuerte inflación prevista para fin de año, que podría alcanzar el 200%.

El deterioro de los salarios es la principal causa del aumento de la pobreza, que podría llegar al 45% de la población argentina para finales de 2023, niveles similares a los de la crisis económica de 2001.

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